Hola, soy parte del equipo de Wostel, y hoy quiero compartirte una historia que aún nos hace sonreír.
Hace unas semanas recibimos a Lucas, un desarrollador web de Utrecht que llegó a Málaga con una mochila, un portátil y el corazón medio cansado. “Estoy buscando un sitio donde por fin pueda parar, trabajar tranquilo… y si hay sol, mejor”, nos dijo con media sonrisa cuando lo conocimos en la Fun Zone.
Lucas llevaba meses viajando por Europa: Lisboa, Budapest, Atenas, Palermo. En cada ciudad, una ilusión nueva… y también un pequeño desencanto. “En Lisboa el WiFi se caía en plena llamada, en Budapest compartía habitación con un saxofonista nocturno, y en Palermo no pude dormir más de tres horas seguidas por culpa de un ventilador que parecía un helicóptero viejo.”
💡 Entonces descubrió que Málaga estaba organizando un evento para nómadas digitales, el Digital Nomad Meetup de mayo, y pensó: “Vale, una última parada. Si aquí tampoco funciona, me vuelvo a casa.”
Su llegada a Wostel
Reservó un Hub Privado Inferior en Wostel. Nada lujoso, pero muy pensado: cama cómoda, silencio total, WiFi que no decepciona y escritorio propio. La ubicación, a tres minutos de la estación María Zambrano, le permitió llegar sin complicaciones tras un tren nocturno desde Madrid.
“No sabéis lo que fue llegar de madrugada, poner el móvil sobre la cerradura inteligente y… simplemente entrar. Sin esperas. Sin explicaciones. Solo paz.”
En su primera mañana, bajó a la cocina común, se preparó un café con su propia taza (la había traído desde Praga) y dijo: “Aquí puedo quedarme unos días. Veremos qué pasa.”
El evento que cambió el viaje
El viernes, Lucas asistió al Digital Nomad Meetup Málaga. Había más de 50 personas de toda Europa. Charlas sobre IA, talleres sobre freelancing y muchas risas improvisadas en la terraza. Allí conoció a Julie (Francia), Thijs (Países Bajos) y Elena (Italia). Compartieron apps favoritas, sitios de coworking y hasta un plan para visitar Nerja el domingo.
Volvió esa noche a su cabina con la sensación de que algo había encajado por fin.
Las pequeñas cosas que hicieron la diferencia
🧼 “Los baños compartidos eran tan limpios que no extrañé los hoteles.”
🎧 “Tenía mis auriculares puestos, pero ni los necesitaba: no se oía nada de fuera.”
🛏️ “El colchón Zero Gravity… eso fue otra historia. Dormí como no dormía desde Bucarest.”
Y lo mejor: trabajar desde su escritorio mientras entraba luz natural, salía a comer algo en la zona y volvía con ganas de seguir.
Lo que aprendimos de Lucas
Se quedó una semana. El último día, mientras se despedía del equipo y tomaba su último café en la cocina, nos dijo:
“Wostel no fue solo el lugar donde trabajé mejor. Fue donde recuperé las ganas de seguir viajando.”
Y nosotros… bueno, nos emocionamos un poco. Porque eso es exactamente lo que queremos que vivas aquí.